PRIMERA PARTE.

   Para el aprendizaje de la lectoescritura, existen diferentes métodos, de los cuales explicaré  "los tradicionales, el constructivista y el lenguaje integrado". Del mismo modo, expondré un enfoque denominado "Alfabetización Emergente", el cual contribuye y favorece en la adquisición de la lectura y la escritura.

   Los Métodos de Enseñanza Tradicionales, se basan en la conceptualización de la misma, como un subconjunto de habilidades perceptivo-motrices que deben ser enseñadas en un orden jerárquico para llegar a dominar la habilidad completa. De este modo, aprender a leer y a escribir significa aprender a descifrar y codificar mensajes orales a un código alfabético. Existen dos categorías para situar estos métodos: los métodos sintéticos y los métodos globales o analíticos (Serón y Aguilar, 1992 citado por Martin del Campo, B. 2003).

   Dentro de los métodos sintéticos, podemos encontrar: el método alfabético que se basa en el aprendizaje por el reconocimiento e identificación de las letras por su nombre (ese, be, ele, eme).El método fonético que propone la enseñanza de los sonidos de las letras más que su nombre, acompañados de imágenes para apoyar su retención (correspondencia grafema-fonema), es decir, el desciframiento de las letras en sonidos, la unión de estos sonidos y el reconocimiento de la palabra por vía oral. Y por último, el método silábico, donde las consonantes deben ir unidas a las vocales para que los niños entiendas y asimilen correctamente, por lo cual, aprenden primero las vocales, las silabas, las palabras y por último, las frases (Martin del Campo, B. 2003).

  
   Los métodos analíticos se basan en unidades lingüísticas con significado, es decir, se accede al léxico de forma directa, a partir del patrón ortográfico de la palabra. Encontramos los métodos que usan  técnicas léxicas, donde perciben  la palabra de forma global y representación grafica de la misma, la lectura de la palabra, la descomposición de la palabra en silabas, la recomposición de la palabra generadora, la combinación de silabas conocidas para formar nuevas palabras y la agrupación de las palabras en frases y oraciones. Y el método global-natural, mediante la preparación del dibujo como estimulación de la expresión verbal para introducir la escritura como medio de comunicación, inicio en la escritura con frases que componen los niños o que han surgido para que sea significativa, actividades  de observación y reconocimiento de las oraciones para transmitir mensajes y significados y alcanzar un grado de descubrimiento personal, para alcanzar la comprensión de significados. (Martin del Campo, B. 2003).




  Teniendo en cuenta las teorías socioculturales (Vygotski (1979) citado por Clemente, M. y Domínguez, A.B. (1999)), hay que destacar, que el aprendizaje de la lectoescritura comienza en el contexto sociocultural en el que se desenvuelven, ya que tienen contacto con el mundo escrito antes de comenzar el colegio. Estas experiencias y conocimientos previos que van adquiriendo los niños  poco a poco desde sus primeros años de vida, es lo que denominamos fenómeno de   "alfabetización emergente".

   Un ambiente rico  en materiales impresos hace que los más pequeños estén interactuando, organizando y analizando los significados del lenguaje impreso, con la colaboración de los miembros familiares o grupo social, ya que son los primeros alfabetizadores de los niños (alfabetización familiar). Estos tipos de experiencias son muy variables de unos niños a otros, teniendo en cuenta su cultura, nivel socio-económico, etc., ya que son experiencias únicas en cada uno de ellos. No sólo es importante la calidad de estas experiencias, sino también la cantidad de tiempo pasado en actos de alfabetización. (Goodman, Y. M. 1992).


  
   Por otro lado, el Lenguaje Integrado se basa en un movimiento pedagógico que se presenta como un programa alternativo de alfabetización. Defiende una  enseñanza de forma global y generalizada, es decir, con sus sistemas semánticos, morfosintácticos y grafo-fonéticos intactos, en situaciones significativas, para que el uso del lenguaje tenga un propósito o meta determinada. De esta forma, el lenguaje se ve apoyado por el uso del mismo (pragmática) en contextos situacionales (Watson (1989) citado por Martín del Campo, B. (2003).
   Desde esta postura, la enseñanza de la lectura y la escritura se basa en situaciones comunicativas de interacción social, en las que el uso de la escritura tenga una función clara para el niño. El lenguaje integrado propone actividades múltiples para potenciar la adquisición de la lecto-escritura, con materiales, audiencias y objetivos reales para fomentar el uso significativo de la escritura, como puede ser la participación en talleres de lectura, escribir diarios, etc.



  
   El último de los métodos expuestos, pero no menos importante por ello, es el Constructivismo. Este método se basa en el aprendizaje significativo de contextos sociales de una forma activa, es decir, el niño como un aprendiz activo sobre la lectura y la escritura. De este modo, fomentará sus conocimientos previos sobre el mundo impreso. El niño debe estar en contacto con objetos y contenidos impresos, para poder observar, manipular, etc., y aprender de su propia experiencia día a día (Camps, A. 1996). El adulto o docente ofrecerá los apoyos o herramientas necesarias para facilitar el aprendizaje del niño en la lectoescritura, y de igual modo, se fomentará la interacción grupal entre sus iguales, enriqueciéndose unos de otros en conocimientos, experiencias, etc.